jueves, 27 de octubre de 2011

Con el norte hacia "el mañana"

Aquí me encuentro después de tanto tiempo guardándote en mi corazón y en mis pensamientos soltándote para que vueles en paz hacia la eternidad... Es por eso que así te escribo...

Hoy, después de tanto tiempo, cuando alguien me dijo “soltalo”, me dí cuenta que no puedo más tenerte acá conmigo, creo fue el peor momento desde tu partida y  que aquella persona, la cual aprecio, tiene razón: debo dejarte ir…

Pensándote, con éste sentimiento de estar a punto de saltar al vacío te leí en cada carta, te escuché en cada  canción, te miré en cada foto, te sentí en cada aroma, te sostuve entre mis manos y así te dejo partir…

Te dejo partir para que seas vuelo en cada ave, fuerte y audaz como el cóndor, repiqueteándole al viento libertad y adrenalina.

Te dejo partir para que seas hierba fresca que crece en tierra fértil y se expande, que atrae y es simple y libre y siempre crece desenfrenadamente hacia el sol.

Te dejo partir para que sumerjas en cada árbol tus ánimos de vida, tu locura en cada hoja, para que al rayo del sol  y la braveza del viento suene tu voz en cada murmullo.

Te dejo partir para que seas llamarada que enciende cada día al sol, que se refleja en la luna y contrasta con cada estrella, que ilumina los caminos desérticos y oscuros que conducen a la luz.

Te dejo que seas luna, mi luna, que al resplandecer de cada día esté presente y al arrivar la noche me envuelva con su luz de tu amor, que pase inadvertida, pero me ayude a tenerte presente en cada paso con el norte hacia el mañana.-

lunes, 24 de octubre de 2011

Cuéntale

Cuéntale a las hojas de las copas voluptuosas que hay en la cima. Cuéntale al río la inmensidad del mar y al mar la del océano.
Cuéntale al océano la riqueza de la tierra y a la tierra la belleza de la galaxia, las estrellas y planetas.
Cuéntale a mi indiferencia de tu perseverancia.
Cuéntale a su maldad de tu bondad.
Cuéntale a la soberbia de la humildad.
Cuéntale al mal del bien.
Cuéntale a los niños a cerca de la grandeza de ser como ellos.
Cuéntale al sol de la luna.
Cuéntale al odio del amor.
Cuéntale a mi tristeza de la alegría.
Cuéntale a la muerte sobre la vida.
Cuéntale a mi soledad de tu compañía.
Cuéntale a la mentira de la franqueza.
Cuéntale a lo empalagoso de el poder y la belleza de lo simple.
Pero no les cuentes de nuestro más preciado tesoro secreto, no menciones nada de éste lazo que nos une e impide separarnos
porque no está hecho de hilos de oro ni soldado con hierro... Sino algo mucho mas valioso y fuerte como lo es este amor... Tuyo y mío.-

miércoles, 19 de octubre de 2011

Por un minuto en tu eternidad...

Cuando amás a alguien, mirás a los ojos a esa persona, tomás su mano y te sumerges al mundo de "nunca jamás" piensas y sientes que el tiempo se detendrá en ese instante por siempre, sientes maripositas en todas partes del cuerpo, se te nubla la mente y sólo deseas que ése momento no se esfume...
Muchas veces, diría la mayoría... (por lo menos eso me ha pasado hasta ahora) el universo conspira para que desaparezca, se haga trizas en el aire, un "big bang" de sentimientos, emociones fuertes... van volando por la atmósfera y quedas destrozado...
Quisieras volver a ese instante eterno, muchas veces se puede... y muchas otras... sólo queda esperar a la eternidad...
Recuerdas cada día, con cada palabra que escuchas, cada aroma que hueles, cada sensación... un pedacito de áquel sentimiento profundo que te desgarraba de amor... Cada momento vivido, cada experiencia compartida, lucha librada, "a muerte con la muerte" pero ella tarde o temprano nos gana...
Desgraciadamente nos ganó antes de tiempo.. Nos eclipsó los amaneceres, las caricias, los abrazos, las palabras, las miradas cómplices, los proyectos... Nos dejó en llanta a mitad de camino...
Hoy quisiera transportarme sólo un minuto hacia la eternidad y mirarte y sentir tu mirada, abrazarte y sentir tu calor, acercarme y sentir tu aroma... fresco como locura interminable que nos transportaba a donde quizás estés hoy... Sólo mirarte, acompañarte, sonreir...nos, como solíamos hacer cómplices del inquietante porvenir que nunca llegó...
Ojalá pudiera transportarme hasta allí dejarnos llevar por la melodía incontenible de alguna canción que nos haga volver a áquel momento detenido por el amor que sentíamos...
Que cada día no me olvide de lo aprendido a tu lado, porque la vida nos jugó una mala pasada, pero el trás de toda gran pérdida hay un aprendizaje mayor!